Maternar

Ser mamá, que viaje tan inesperado, tan sorpresivo, tan doloroso y a la ves tan emocionante !! Desde mi visión una transformación no solo del cuerpo y el cerebro con todos esos cambios biológicos que se vienen con la gestación, una transformación del espíritu, en donde desarrollas una fortaleza en tu cuerpo y mente para hacer que ese pedacito de ti salga al mundo, en donde priorizas una vida desconocida a la propia cómo nunca antes, descubres que puedes amar desmesuradamente a un ser que ni siquiera conoces. Como en toda transformación hay pérdidas, que también duelen, que se quedan en la memoria como anécdotas, como remembranzas de un ser que fuiste y que el día de hoy se redescubre.

Desde que estaba embarazada veía publicaciones sobre maternar y lo maravilloso de hacerlo, llegue a sentirme culpable, pues yo no sentía que fuera tan maravilloso, mi vida cambio, (de inicio me mudé, formalmente empeze una vida con mi pareja) mi cuerpo dejó de ser el de siempre y empecé a sentirlo menos mío y me asusté, me asusto perderme y me dolió lo que estaba perdiendo, mi independencia y autonomía, la libertad de hacer de mi y de mi tiempo lo que yo eligiera, a mi parecer eso fue lo que me asusto en el embarazo y me dolió al nacimiento de Amelia. Los primeros días dado que fue un parto complicado fue lo más fuerte, fue lo que lo hizo real pues yo dependía de un otro para comer, salir del cuarto era un logro, atender a Amelia se volvió mi prioridad porque asumí esa responsabilidad, porque aunque inesperada fue una maternidad elegida y entonces los recuerdos de aquellos días en que dormía hasta la hora que yo quería , en los que salía cuando y adonde me placía dolían más que la herida en mi vientre. Con el paso de los días encontré alegría en los ojos de ese nuevo ser que ahora dependía de mi, encontré que seguía siendo libre y ahora con la libertad de formar a una persona , con la libertad de maternar y criar y de ser la madre que yo elija ser, en este viaje descubrí que mi autonomía e independencia la podría usar para guiar y que estoy en un viaje sin regreso con una alma que elegí traer al mundo, me doy cuenta que soy y seré yo, intentando ser mi mejor versión por mi y para esa alma,

que me acompaña porque ahora no estoy sola. Ese pedacito de vida iluminara este viaje que nos transforma día a día.