Madre primeriza y 8 de marzo
- Jazmin Flores
- 14 mar 2021
- 2 Min. de lectura
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He de decir que nunca tuve tanto miedo de la condición de ser mujer hasta que me dijeron que tendría una niña, de las primeras cosas que pensé fue en la ocasión en que regresando de la preparatoria a mi casa un alguien, ( porque creo que no se le puede denominar de otra forma, ya que no lo considero persona o ser humano ) violento mi cuerpo, el miedo, la pena, la culpa, pasaron por mi mente y entonces me aterré de que algo así le pasara a mi amada Amelia. Tiempo después vi el video en Facebook en el que la madre de María de Jesús Jaimes Zamudio le da voz al dolor de su pérdida, y me llene de tristeza y de miedo, !!traje al mundo a una niña !!, que irresponsabilidad la mía ya que el día de mañana el nombre de mi hija podría ser el que yo grite un 8 de marzo ;qué desolador mundo, que desolador futuro. Traje al mundo a una niña!! a un mundo en el que manosear otro cuerpo sin consentimiento es algo cotidiano, en el que apropiarse de un cuerpo ajeno es cosa de toooodos los días, y no solo apropiarse destrozar y avergonzar a la sobreviviente o a la ausente; un mundo en el que burlarse de quienes le dan voz al dolor y al miedo te da líkes y popularidad, un mundo en el que habrá muchos momentos en que deseará no ser mujer. Porque en este mundo ser mujer te hace objeto, en este mundo ser mujer implica salir acompañada para estar segura, mandar mensaje de que ya llegaste, estar alerta cuando alguien camine cerca de ti en la noche o durante el día, un mundo en el que tendrá que tomar un taxi con la duda de si llegarás a tu destinó sana, un mundo que la culpara y avergonzara si un alguien decide que ella no vale por ser mujer. Un mundo en el que te fragmentas o te construyes en contra de todo eso. Hoy el 8 de marzo de esta madre primeriza ha sido de esperanza y de guerra para que mi niña, mi amada Amelia no tenga que estar en un mundo como él mío. Hoy agradezco infinitamente a las que rompieron, quemaron, gritaron, enfrentaron dándole voz a todas aquellas mujeres que crecieron en ese mundo y que como yo no se atrevieron o no las dejaron levantar la voz, ni romper, ni quemar ni gritar, por qué deseo de todo corazón que nunca tenga que gritar el nombre de mi hija o de otras mujeres que amo, ni romper, ni gritar, ni quemar o que mi hija tenga que hacer lo mismo por otras mujeres que ame. GRACIAS!! INFINITAS GRACIAS POR TU VALOR, POR TU FUERZA QUE LLENA DE ESPERANZA a esta madre primeriza de una niña.
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